domingo, 2 de junio de 2019

Nunca Jamás

Su vuelo es ligero, tan suave que el viento ni siquiera hace crujir su ropa. Su tamaño es pequeño, su apariencia eterna, pero su edad siguió contando y corriendo. En algún momento, aquella que se presentó ante él como su hada madrina y lo llevó a su fantástico país, le soltó la mano mucho antes que estuviera listo para el mundo fuera de él, y había desaparecido. Algunos decían que lo había abandonado, otros que había sido eliminada. 

Pero lo único en lo que siempre hubo un acuerdo común era que por las noches, al aparecer la segunda estrella, puertas y ventanas deben estar cerradas, porque dependiendo de su humor pueden volverse peligrosas. En ocasiones se contenta con escuchar cuentos y nanas desde las ventanas, finalmente nunca dejará de ser un niño. En cuanto terminan y escucha la respiración pesada de los durmientes, toma lo que necesita y se va sin causar más daño, o al menos eso parece. Cuando se siente solo, es cuando se vuelve peligroso. 

Lo que no te cuentan es que esos niños nunca se pierden, pero nadie le cree a los que lo ven. Ni siquiera cuando por la mañana aparecen los cuerpos de los padres o las niñeras, secos y con la misma inconfundible expresión de horror. Quienes han visto su ataque dicen que primero envía a su Sombra -porque esta puede escapar, eso sí es cierto- a que se coma toda la luz en la casa, y para cuando la devuelve, ya es muy tarde, y las camas y las cunas amanecen vacías. Hay quien años después jura haber encontrado a alguno de esos niños, vagando de noche por las calles y los tejados, hay quienes juran verlos volando bajo la luna. Pero quien habla de esos encuentros lo hace con horror, asegurando que por más años que pasen, esos niños no envejecen ni un solo día, y se mantienen tan jóvenes como la noche en que desaparecieron. Si te invitan a jugar, huye.

Resultado de imagen para dark peter panUno creería que le va mejor a los niños que escuchan cuentos, los que por la mañana amanecen sólo un poco mareados, pálidos y cansados, a veces con una o dos gotas de sangre en la almohada. Pero cuando él los visita al apagarse las luces, no sólo toma de ellos lo que necesita, sino que les cuenta una historia más: la suya. La historia del fantástico país en el que creció hasta que dejó de crecer; donde hay criaturas fantásticas, aventuras y cuevas abandonadas con tesoros incalculables. La historia de Ella, de su dulzura y de su voz de campanitas de cobre, de los vuelos tomado de su mano bajo los cielos estrellados del mundo. Cuando los niños despiertan, han visto todo en sueños y sólo desean ir a ese fantástico país al que sólo se llega volando. Harán todo lo posible por llegar allí, saltando de las ventanas en su desespero cuando nadie los ve, encontrando en cambio una muerte repentina.


Cada tanto, sin embargo, su detenido corazón sufre espasmos similares a un latido. En sus violentos allanamientos suele llevarse varones, pero cuando esto pasa, es porque ha decidido llevarse a una niña, y el método cambia, aunque nadie sabe en qué consiste. La Sombra permanece a su lado, las luces se quedan igual, y la tranquilidad reina como cualquier otra noche en la casa de las familias, hasta que la elegida sale volando de su mano, con tanta confianza que asusta, y nunca más se la vuelve a ver. Si se las lleva o no al país fantástico, o si este siquiera existe, tampoco se sabe aún. Pero las familias de esas hijas no vuelven a ser las mismas, y los hijos que se quedan atrás se vuelven sobreprotegidos, y son encerrados de los peligros del mundo, lo que sólo los vuelve más tentadores y en cuanto pueden salir del encierro se dejan arrastrar por ellos. 

El padre de una de las elegidas era capitán de un navío. Sus hijos menores escaparon con vida de él, pero de su hija mayor, su tesoro y favorita, nunca volvió a saber, y desde entonces y hasta el misterioso final de su vida le persiguió por mar y tierra, buscando su país. La mayoría piensa que el marinero fue vencido por él, otros juran haber visto el barco surcar las olas o los cielos, en descorazonada venganza. Los hermanos menores eligieron fingir que ella había muerto joven, o se había fugado con un amor, dependiendo de a cual de los dos se le preguntara, aunque ninguno estuviera tan lejos de la posible verdad. 

Y así, las noches se vuelven ciclos lunares, los ciclos se vuelven años, los años siguen corriendo. Y su vuelo suave de fantasma sigue surcando los cielos, aguzando el oído en pos de las historias. Aguzando el olfato y la sed en pos de la sangre joven, buscando ventanas abiertas para proyectar su siniestra e infantil Sombra. Un vuelo que parece libre, pero que es símbolo de eterna condena, y que no podrá parar Nunca Jamás.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Mar y Tierra (1)

Recomendación: Placebo - Passive Agressive


I




Seis meses después, tripulación y capitán se habían acostumbrado el uno a los otros. Altair era obedecido sin rechistar, y los hombres obtenían un trato justo y respetuoso que no esperaban, y sabían que no lo merecían, pero lo aceptaban y retribuían.

Además, nadie se hubiera arriesgado a romper los términos de la paz, porque contra todo pronóstico Las Otras aún custodiaban el barco.


De día sólo se les veía como piezas de obsidiana brillando bajo el agua y el sol sin molestar a nadie, pero pese a lo prometido a Meridienne, por la noche saltaban sobre las olas, riendo y cantando sus hechizos. Los marineros dormían con tapones de cera en los oídos, pero aunque bastaba para que los cantos fueran apenas audibles, de vez en cuando alguno era sorprendido perdido en la nada. Pero el día en que uno de ellos finalmente sucumbió al deseo de oírlas y se arrojó a la muerte, Altair mató a una de un disparo, y sólo entonces Las Otras se ajustaron también a los términos de la tregua.

Para entonces, Altair de Lusignan había entendido que el único modo de sobrevivir a sus "protectoras" era dejar de verlas como veía a la pequeña sirena blanca, y empezar a mirarlas como las criaturas irracionales y faltas de piedad de las que había leído toda la vida. Ellas no eran ella, y mientras lo tuviera presente, él y la tripulación volverían a salvo a tierra.

Sin embargo, él sabía que nadie ahí era su amigo, y aunque se trataban con respeto, aún estaba por verse de qué lado estarían al llegar a puerto. En el camarote habían quedado notas y una especie de manifiesto de lo que prometía ser una lucha encarnizada, una guerra civil trazada con meticulosidad, pero cuya meta final -más allá de lo que continuamente se nombraba como El Nuevo Lusignan- en realidad no parecía del todo clara, como si su verdadero propósito fuese únicamente servir al caos. No podía evitar sentir temor de lo que encontraría, y había comenzado a tener pesadillas donde veía el palacio en llamas y la horrible cara de Mouette burlándose de él y de sus intentos desesperados por volver. El hombre al que estos hombres habrían seguido al fin del mundo, y nada le aseguraba que no seguían dispuestos a ello. Si tan sólo alguno de sus hermanos estuviese en esa nave con él... 

Lo que lo llevaba a la otra tortura que lo carcomía: el que nadie de su familia hubiera respondido sus mensajes. Enviaba cada semana un ave, en espera de recibir respuesta de lo que estaba pasando, pero el único en responder era el silencio. Ni siquiera sabía en qué había acabado lo de su fallido compromiso con la princesa de Costa d' Marinho, si bien eso había quedado en el fondo de su lista de prioridades -si es que aún conservaba un lugar en ella.

¿Seguiría Hérmes viviendo en el palacio o su madre lo habría enviado ya a otro país para protegerlo? ¿estaría su madre bien? ¿Y Ricárd? ¿porqué precisamente él no daba señales de vida?

¿Y Meridienne?

Esta última pregunta hacía el mayor eco de todos. Nunca había sentido tanta incertidumbre como cuando pensaba en ella, en lo que estaría haciendo o si estaría bien. A veces lograba tranquilizarse recordando todo el tiempo que ella llevaba arreglándoselas sola, pero ahora ya no lo estaba, y lo que sea que quisieran Las Otras de ella... prefería no pensarlo, o sería capaz de arrojarse del barco a buscarla, si es que el cardumen se lo permitía. Probablemente eso era lo que estaban esperando, un descuido, o un acto desesperado alimentado por la soledad y el amor dolido, para romper su promesa y devorarlo como habían hecho ya con el último incauto. Y no pensaba darles el gusto.

No obstante, había descubierto que uno de los hombres a bordo parecía más propenso a una conversación civilizada. Era un hombre de unos cuarenta años, de procedencia difícil de definir dado que pese a su piel negra conservaba marcados rasgos de medio oriente; era tranquilo, los otros lo respetaban y parecía conocer más que los demás sobre Las Otras. Recordaba haberlo visto una o dos veces durante su secuestro, pero nunca cruzaron palabra, al menos hasta esa mañana brumosa.

-¿Qué nos espera entonces, Alteza?-le preguntó el hombre, con voz ronca y grave. Altair dio un respingo y tardó un poco en entender a qué se refería.
-Yo mismo quisiera saber. O si algo aún nos espera.
-La Guardia Imperial seguramente lo hará. Y un par de flotas de otros países.

Altair soltó una risilla sardónica:

-Sí, imaginé que habían usado este barco para hacer enojar a unos cuantos. Pero yo quiero saber qué nos espera si llegamos a puerto.
-Tiene a la mano los documentos del capitán Mouette.
-Un montón de papeles que aún no me dice lo que quiero saber.
-¿Y eso sería...?
-¿Por qué? ¿Y a cambio de qué?

El interpelado se quedó en silencio, inexpresivo. Examinándolo, Altair encontró en su mano una marca que le parecía vagamente familiar. Aquella montaña humana en algún momento había sido un esclavo.

-¿Cuál es tu nombre?
-Moro.
-Eso no es un nombre.
-Donde nací no teníamos-replicó, cubriendo la marca con la otra mano. -Algunos adoptaron nombres, otros como Arratoi se lo ganaron.
-¿Arratoi Mouette era un esclavo?

Esa sí era información nueva. Nadie sabía de donde había salido el hombre, sólo los crímenes y fechorías que había cometido en cuanto se dio a conocer. Pero en ese caso, se convertía en algo mucho peor que un simple criminal.

-Lo llamaban Rata cuando yo lo conocí. Era un niño cuando nos compró el verdadero capitán Mouette. Se empezó a llamar Arratoi a partir de que el capitán lo liberó.
-¿Y tú?
-Sigo siendo un esclavo. De la clase más baja, si es que eso es posible -su expresión se ensombreció con muda indignación-Uno pensaría que siendo uno de los míos, me habría liberado también. En lugar de eso, fui testigo de cómo cazó y hundió el barco de nuestros antiguos amos, con ellos a bordo.

Altair se quedó en silencio un momento, analizando lo que el hombre le había contado. Y las posibilidades que brindaba. Tal vez para la Guardia Imperial sólo se volviera una página más en un historial repleto de sangre y corrupción, pero un hombre como Arratoi Mouette dependía de sus secretos para mantenerse donde estaba; inalcanzable y protegido por una mayoría fascinada por su "misterio", que lo obedecería hasta las últimas consecuencias, ante la promesa de libertad absoluta que les ofrecía.

¿Qué pensarían de un libertador así, capaz de comprar y vender a los suyos?

-¿Y los otros?
-Nadie más conoce esa historia, si es a lo que se refiere -respondió el "moro". -Ellos le siguen ciegamente desde hace años, pero no son tontos. Saben que al menos ahora, les conviene estar de lado de usted.
-¿Y porqué contarme a mí? ¿qué esperas obtener?
-Igual que yo, Rata nunca dejará de ser un esclavo. Primero de los hombres, luego de las riquezas. Pero desde que su padre falleció, y la Emperatriz le cerró los caminos en Lusignan, el nuevo amo de Arratoi Mouette es la ira -miró al horizonte perdido entre la bruma.- Tal vez yo nunca sea libre, pero prefiero vivir mi cautiverio en un mundo donde un hombre como él no gane. 

Altair estaba por responder a esto último, cuando un grito desde el nido en el palo mayor les dio un vuelco al corazón:

-¡Barcos a la vista!


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domingo, 3 de marzo de 2019

El peor enemigo

A falta de inspiración, el final de Meridienne se quedará pausado unos días más (lo sé, frustra y sobre todo a mí) pero en compensación y esperando que nadie me asesine, comparto esta reflexión.


El término feminazi sí existe, nos guste o no admitirlo. Y tiene una definición clara, pero no es la que te ha hecho creer: son aquellas mujeres que atacan a otras mujeres. Ya sea por mantener vigente el concepto frienemy -que ya hay como 50 millones de medios tratando el tema-  o aún peor, por no compartir sus ideales al pie de la letra.

A los 14 años conocí a las que se volvieron mis mejores amigas, de las cuales ya sólo me quedan dos. Nuestra amistad se forjó en un grupo cristiano (aunque, cosa curiosa, ninguna lo es) que se juntaba los sábados; ninguna iba en mi escuela, simplemente mis compañeras me odiaban y yo a ellas -frienemies entre ellas, yo para qué iba a querer algo así.

De mis amigas, una era dos años menor que yo y probablemente la persona más liberal que he conocido: sabía manejarse con las personas con una naturalidad que a la fecha envidio, era abierta, siempre dispuesta a una aventura sin importar las consecuencias. Pese a que ambas veníamos de hogares estables y bastante estrictos, ella no le tenía a los hombres ni a las convenciones sociales el temor que yo les tuve por años.

De hecho, el final de los doce años de amistad entre ella y yo, se debió a algo relacionado a ello.
Mi madre me demostró que sin importar a lo que decidiera dedicarme, podía tener una carrera prolífica y una familia. Por ende, mis sueños siempre se enfilaron al romance y tener por lo menos un descendiente, sin importar lo que yo decidiera hacer para vivir. Y un día, platicando con mi amiga, le mostré mientras hablaba de mi gran sueño una fotografía de un bebé que me pareció adorable, con pijama de borreguito y una sonrisota de esas que derriten al corazón menos maternal... o eso creí.

Lo que nunca me esperé fue que mi gran amiga desde los 14 me hiciera menos por ese mismo deseo a los 26. A sus ojos, yo me volví -y cito textualmente- una inconsciente que iba a contribuir con la sobrepoblación mundial, y que ella no quería hijos ni matrimonios que arruinaran su vida como yo seguramente lo haría. Que sería una más del montón.

Aquello me hirió lo suficiente para disminuir la comunicación. SÓLO disminuirla. Después de todo, nuestra longeva amistad podía soportar un comentario hiriente mientras fuera el único, ¿no?
Pues no, pero el siguiente comentario hiriente no sólo fue el último, sino que fue tan absurdo y avanzó de una manera tan ridícula que ni siquiera merece mención. Aunque iba por las mismas líneas, y bastó para borrarla de mis redes y mi porvenir. Aún se habla con las amigas que me quedan y lo respeto, pero por mi parte la amistad existió y terminó.

Recordarlo hoy, a una semana del 8 de marzo, me hace preguntarme: ¿en qué momento nuestra lucha nos pone la una contra la otra? ¿desde cuándo una mujer es menos que otra por no compartir las mismas aspiraciones?

¿No era exactamente eso lo que tanto odiábamos de nuestras predecesoras?

"¿Te crees mejor que yo?"


Pasamos de rebelarnos a esas madres y abuelas que criaron hombres egoístas y mujeres asustadas del mundo, y hasta de sus propios cuerpos (el sexo es malo, todos te van a señalar, la menstruación es el castigo de Eva... ) a recibir insultos y opiniones crueles de parte de otras que se supone luchan a nuestro lado.

Pasamos de envidiar a la otra a sentirnos más o mejores que ella, de avergonzarla por no seguir un canon viejo (así de gorda nunca conseguirás un hombre, te vas a casar y no sabes ni freír un huevo) a avergonzarla por no seguir un canon nuevo (no sé para qué quieres un hombre, pareces esposita sumisa de las viejas)

De repente anhelar romance o una familia es arruinar tu vida -aunque tengas ya una carrera y la ejerzas, o una pareja que te apoye para seguir tus sueños.

De repente eres una hija fiel del patriarcado porque cuidas tu estética por puro gusto (recordando la ira desatada por la Mujer Maravilla depilada) o porque te sientes incómoda de amamantar en público.

En el peor de los casos, de repente las mujeres de tu entorno dudan de tu palabra y te culpan a ti y a "tus conductas/ropa/hábitos/descuidos" por lo que te pueda pasar, en este campo de batalla que llamamos mundo.


De pronto un día, te das cuenta que el peor enemigo de una mujer es otra, y que por alguna razón eso sigue sin cambiar. Lo único que cambia son las razones para atacarnos entre nosotras, en lugar de respetarnos y seguir adelante por nuestros derechos y los de nuestras hermanas de lucha. ¿Pero porqué? ¿Qué ganamos haciéndonos esto, saboteándonos las unas a las otras?

¿Dónde comienza realmente este círculo vicioso, y en dónde acabará?

¿Podremos cerrarlo antes de que acabe con nosotras?

miércoles, 13 de febrero de 2019

No tan Valen-Grinch (2)

ALERTA DE SPOILERS

Pues pasó que según yo esta parte 2 iba a salir el año pasado y pues... no pasó 😂 Pero lo bueno es que este año sí me acordé, y no sólo eso, también conseguí unas cuantas frases y eventos románticos para más. Espero que esto les guste y les inspire para conquistar el amor este año :)

Encuentra la parte 1 AQUI


Serenata con bobina de Tesla
-El aprendiz de brujo (Disney, 2010)

Lo sé, lo sé, no es una película tan famosa, y lo cierto es que está un poquito pa'l traste (la crítica la destrozó, y también es cierto que Nicolas Cage no es un abanico interpretativo precisamente) pero si hay algo rescatable y realmente maravilloso -al menos para mí- es esta escena. David, un estudiante de física que por azares del destino resulta ser la reencarnación de Merlín, invita a la chica de sus sueños a su mundo dedicándole una de las serenatas más originales, usando la gigantesca bobina de Tesla que construyó.

Tal vez no sea buena idea replicarla en el mundo real (por ahí en los comentarios de Youtube hay un sobreviviente del intento) pero si hay una excelente forma de conquistar un corazón es dejándolo entrar al tuyo, si se puede, combinando cosas que les gustan a ambos.




Spock & Uhura. I adore these two. Their relationship, Spock and his new bad-boyness, Uhura and her girl-powerness. AH-mazin'"Confundes mi decisión de no sentir como un reflejo de mi desinterés, y te aseguro que lo cierto es precisamente lo opuesto."
-Star Trek, 2009

La verdad, lo mío es Star Wars, pero no le podía decir que no a Chris Pine. Sé sólo lo básico sobre los vulcanos, así que entiendo que sobreponen siempre la lógica al corazón, aunque no tengo idea de si la relación Spock-Uhura es canon en el material original. Pero esta cita de la primer película me parece ideal para esta serie, por lo aplicable que resulta en el mundo real.
La historia del mundo nos ha entregado hombres duros, algunos un poco más sensibles, pero la gran mayoría aprendió que "los hombres no lloran". También encontramos mujeres que tuvieron que volverse duras para soportar los embates de la vida. Así, encontramos personas enamoradas que a pesar de ello no logran externarlo, y que por ende, parecieran no sentir. Enamorarse de alguien así puede resultar difícil, pero si el sentimiento es mutuo, esa persona inevitablemente se abrirá con nosotros, y entonces nos dará todo aquello a lo que nadie más tiene derecho. Si esto pasa, serás la persona más afortunada, pero tendrás también la mayor responsabilidad, porque si una persona así ama y es lastimada, difícilmente podrá confiar una vez más, así que cuídalo/a mucho.





-El amor en tiempos del cólera (Márquez, G. G. / Penguin Random House, 1986, Colombia)

Detesto con el alma a García Márquez. No soporto su narrativa, ni su necesidad de usar tres páginas para describir una ida al baño, y menos aún su descaro de viejo verde, pero igual terminé esta novela.
La historia de amor entre Florentino Ariza y Fermina Daza comienza formalmente a partir de aquí, luego de una arrebatada pedida de mano al más puro estilo Shakespeariano, con balcón y todo. El consejo viene de una tía de Fermina que logra evitarle la vida sin amor que ella misma sufrió, y resume el único consejo real que puede darse en estos menesteres. Amar y que te rompan el corazón podrá ser triste, pero es aún más terrible una vida llena de hubieras porque nunca se hizo un intento, por miedo, por vanidad, por cualquier estúpida razón. Así que si te gusta, dile que sí.


Imagen relacionada"Contigo se rompió el molde"
-Animales Fantásticos y dónde encontrarlos (Warner, 2016)

AMO a esta pareja, y en serio deseo que las siguientes películas de la saga les pinten mejor. La bruja Queenie Goldstein y el panadero no-mag Jacob Kowalski se conocen gracias al explorador Newt Scamander, y las chispas vuelan enseguida, aunque en Estados Unidos, los matrimonios mixtos son ilegales (vaya sorpresa ¬_¬) La frase, en un principio dicha por Jacob, alude a los defectos que ve en si mismo -como que está pachoncito y no es mago- y a que la despampanante rubia podría conseguir a alguien mejor. Pero cuando Queenie se lo dice, es para decirle que no hay nadie como él, que para ella Jacob es especial y nadie llenará su lugar. Quién bien te quiere, te quiere con todo o sin nada. O con todo y sin nada ;)



"Conseguí esta foto tuya en el periódico, pero es interesante porque tus ojos en la imagen... mira, en realidad tienen este efecto en ellos, Tina. es como el fuego en el agua, en el agua oscura. Sólo he visto eso en..."
"¿Salamandras?"

-Animales Fantásticos: los Crímenes de Grindelwald (Warner, 2018)

Newt Scamander es un apasionado magizoologo, lo que lo vuelve mejor en el trato con los animales que con los humanos. Sin embargo, encuentra en Tina Goldstein un entendimiento que muchas parejas de años envidiarían, el suficiente para que ella descifre y aprecie un halago que cualquier otra persona hubiera encontrado un tanto... feo: que tiene ojos de salamandra.
Un detalle que tiene el amor del bueno (y que al envidioso le dan cosa) es la forma casi imperceptible en que las personas forman sus propios códigos, indescifrables para el resto del mundo, pero que para dos forman un idioma propio. Bromas que surgen de experiencias especiales, piropos inspirados en gustos compartidos, sonrojos que evocan picardías y confidencias. Todo eso construye el idioma del buen amor.


"A lo mejor soy demasiado impulsivo al pensar que pueda estar tan seguro, pero tengo la convicción de que contigo sería feliz"
-La Selección (Harper Collins, 2012, E.U.)

Treinta y cinco chicas de diversas castas sociales son elegidas para conquistar el corazón del Príncipe Maxon, heredero al trono de Iléa, lo que llevará a la afortunada a una vida de lujos más grandes de lo que imagino... o a escapar de una vida que nadie nunca deseó. Sin embargo, una de las elegidas es la pelirroja America Singer, una músico que prácticamente fue coaccionada para participar.

Estas palabras corresponden al primer libro de la saga de La Selección, una distópica versión de La Cenicienta donde el mundo aún se lame las heridas de la Cuarta Guerra Mundial, y el amor correspondido puede costar desde la casta hasta la vida. Pero el mundo no necesita ponerse así de feo (y en serio, NO lo necesita) para encontrar un amor intenso y por el que lo daríamos todo.
Grandes historias de amor han nacido de las circunstancias más inimaginables, pero esos romances que lo pueden todo y que llegan a vencer a la muerte misma han visto la luz, siempre, a partir de la convicción de la felicidad. De decir "te quiero a tí".

Tauriel y Kili en el calabozo 
-El Hobbit: La desolación de Smaug (MGM, 2013)

Yo sé que John Ronald Reuel Tolkien nos regaló en su épica saga historias de amor mucho más grandes y hermosas (Beren y Luthien, Aragorn y Arwen...) pero este pequeño giro que Peter Jackson le dio a la vida de Kili -Tauriel en el libro sólo es un cameo- tiene un significado muy personal para mí, y es de esas pocas diferencias libro-película que en serio llegas a amar.
Un enano y una elfa terminan conociéndose en la celda de una prisión, dejando de lado la historia de guerra y altercados que ha vuelto a ambas razas acérrimas rivales. Es una escena hermosa, en la que vemos más allá de las diferencias. Sin defensas, sin prejuicios, sólo dos corazones acercándose con naturalidad y confianza, encontrando semejanzas que con los muros levantados, habrían seguido escondidas. Así es como se inicia una historia de dos.


Grettel

  - ¿Estás herido, terroncito? Sosteniendo una linterna de las antiguas de aceite y envuelta en un chal de color rosa, la mujer que se hab...