Te hice daño.
Te prometí valor y en su lugar te di excusa tras excusa.
Te prometí estar y no lo hice.
Te prometí responder y te dejé esperando.
Era tan feliz a tu lado pero sin dar a cambio lo correcto.
Mi soledad ya no pesaba tanto porque comencé a apoyarla
sobre tus hombros.
Fui egoísta y tomé todo de ti.
Ahora mi corazón vaga por las calles
gélidas.
Asomándose a tu puerta pero con miedo de tocar.
Suplicándote perdón desde el silencio más cobarde y patético.
Soy un fantasma medio vivo.
Un vivo medio muerto.
Con hambre.
Con sueño.
Con hambre de besos.
Cazando el sueño porque sólo ahí tus brazos aún se abren
para mí.
Mirando de lejos como un flaco pajarillo,
Esperando la migaja de amor que se caiga,
Para volver a probar el dulce de tu cariño.
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