Autor desconocido |
Sin soltar spoilers, la película -que hace honor al nombre de sus protagonistas al igual que la primera- nos indica que de la anterior a esta, ser superpoderoso sigue siendo ilegal, y nada ha cambiado. Es entendible hasta cierto punto, si hay superhéroes, se corre el riesgo de que existan super villanos, así que prohibir que la gente sea super evitaría el problema, ¿no?
Y aquí nos detenemos y leemos la última línea de lo que acabo de escribir: prohibir que alguien SEA.
Ser ilegal sólo por ser. No por una elección, sino por nacer y crecer en el entorno que nos tocó, con las características que nos tocó, así como los super. Porque no vaya a ser que sí seas...
Como cuando era ilegal ser judío en los Países del Eje. Como cuando se volvió una ilegalidad no escrita ser árabe y subir a un avión. Como cuando era ilegal ser de sangre africana y tener derechos humanos. Como ahora es ilegal sentir amor, de la manera más instintiva y pura, por alguien no convencional en el país más grande del mundo. O ser latinoamericano en el país más peligroso del mundo, porque el poder en manos equivocadas siempre será un grave peligro.
En mi caso particular, tengo familia allá, y aún así, sé que no entiendo por completo la gravedad del tema como ellos, vamos, sé que tal vez no araño ni la punta del iceberg. Pero eso no deja de preocuparme, por ellos y por todos los que atraviesan esta terrible situación.
Creo que todos hemos visto lo que el odio y la ignorancia pueden provocar, cuando se trata de tratar con personas diferentes a nosotros. Hemos visto, leído, oído y puede que hasta vivido historias trágicas que no debieron serlo nunca, solo por la ilegalidad del ser. Ya no digamos amores shakespearianos de Otelo y Desdémona*, vendidos por Mercaderes de Venecia**; estamos hablando de los derechos de vida más básicos. Vivir donde queramos, buscar el progreso fuera de nuestro hogar -básicamente porque en nuestro hogar se nos niega- expresar nuestras creencias y opiniones, convivir con quien queramos.
Es un loop eterno de eventos que se repiten una y otra vez. De fotografías históricas que se retratan al carbón, con diferentes personajes y en diferentes épocas, pero ilustrando lo mismo. Con los mismos villanos usando disfraces y máscaras diferentes. Ya no son anillos de boda judíos, sino rosarios de madres latinas separadas de sus hijos -el hecho de que ya no estén separadas no quiere decir que les hayan devuelto su libertad o la vida que con tanto esfuerzo construyeron. Ya no es un alemán con bigote ridículo, sino un gringo anaranjado con corbatas rojas -prenda visualmente agresiva y que abandera con claridad sus intenciones. Ya no son jóvenes afroamericanos entrando a Yale bajo una lluvia de improperios, sino un sinfin de personas de distintas razas luchando por no perder lo que su esfuerzo y el de sus familias les consiguió. Matrimonios luchando porque Inmigración no los separe, como en su momento lucharon contra la Gestapo y las policías secretas.
Sin que un filme nos lo diga, vivimos en un mundo donde es ilegal ser. Una ilegalidad absurda en todo sentido, porque además se equipara con ser criminal, con ser automáticamente un traficante de drogas, un terrorista o un lo que sea. Y mientras, miles de personas inocentes sufren el trauma de ser separadas de sus familias, en el menos peor de los casos por las autoridades que deberían proteger y servir, y en el más extremo, por el arma homicida de un pobre idiota que se tomó demasiado en serio el discurso de odio de otro idiota.
¿Qué reglas deberíamos romper para que las reglas cambien? Porque ésto ya no se resuelve "de caballeros", pero la guerra nunca es la solución a nada. ¿Qué podemos hacer para que esto se detenga? Si de todos modos estas personas volvieran a sus países, a la fuerza o no, ¿encontrarían en su patria el apoyo que necesitan? ¿Se verían de nuevo en el vía crucis de encontrar cobijo en otra nación? ¿Se les ayudaría en ese caso?
Son preguntas que muchos nos hacemos, y que merecen respuesta, ojalá tan pronto como sea posible. Y surge una más: Mientras tanto, ¿qué podemos hacer para ayudarlos?
Termino aquí con esta interrogante, esperando no sólo una respuesta, sino un milagro heróico. Algo super extraordinario, que permita lograr un avance real en el tema. Y evitar que este monstruoso deja vú se repita una vez más. Y que SER, sin excusas, sea legal una vez más.
¿Qué reglas deberíamos romper para que las reglas cambien? Porque ésto ya no se resuelve "de caballeros", pero la guerra nunca es la solución a nada. ¿Qué podemos hacer para que esto se detenga? Si de todos modos estas personas volvieran a sus países, a la fuerza o no, ¿encontrarían en su patria el apoyo que necesitan? ¿Se verían de nuevo en el vía crucis de encontrar cobijo en otra nación? ¿Se les ayudaría en ese caso?
Son preguntas que muchos nos hacemos, y que merecen respuesta, ojalá tan pronto como sea posible. Y surge una más: Mientras tanto, ¿qué podemos hacer para ayudarlos?
Termino aquí con esta interrogante, esperando no sólo una respuesta, sino un milagro heróico. Algo super extraordinario, que permita lograr un avance real en el tema. Y evitar que este monstruoso deja vú se repita una vez más. Y que SER, sin excusas, sea legal una vez más.
Foto: Renata Teodoro |
*Romeo y Julieta eran unos escuincles y su calentura de tres días no viene al caso.
**Busquen las dos obras, no sean holgazanes.